Si estás buscando un lugar para conocer y disfrutar de todos los componentes de la historia y la cultura centroamericana, nada mejor que viajar a la Ciudad de México. El Distrito Federal es la urbe más grande del país y de las más pobladas del mundo, como así también, el principal centro político, económico, financiero, empresarial y cultural del territorio.
Fundada allá por el año 1325, por los mexicas en el centro del Valle de México, bajo el nombre de México-Tenochtitlan, luego se convertiría en lo que hoy conocemos como la capital del Imperio Azteca. En el siglo XVI comenzaron las expediciones españolas que terminaron con la conquista de México, creándose, en el año 1535, el Virreinato de la Nueva España y la Ciudad de México fue declarada como su capital.
De aquella época quedaron vastos recuerdos y ruinas de lo que fue la conquista europea en el continente. El Bosque de Chapultepec fue uno de los lugares más apreciados y adorados, tanto por los reyes aztecas como por los españoles, y hoy es un fiel exponente de las reliquias históricas de la región. Aquí se edificó el imponente Castillo de Chapultepec, un palacio en la altura del cerro con el mismo nombre, en la Ciudad de México.
La construcción se inició a finales del siglo XVIII y, en un principio, iba a ser una residencia para vacacionar, pero luego tuvo distintos usos. Debido a la suspensión de la obra por parte de la Corona, se quiso destinarlo para archivo, luego fue almacén de pólvora, observatorio astronómico, hasta convertirse en Colegio Militar. Con el paso del tiempo, el edificio fue la habitación de los presidentes mexicanos, hasta que en 1940 Lázaro Cárdenas lo donó para convertirlo en el Museo Nacional de Historia, uno de los exponentes arquitectónicos más importantes de la Ciudad de México.
Tras resistir subastas, abandono, desuso, y la invasión estadounidense, este baluarte sigue en pie. En la actualidad, el palacio ha sufrido remodelaciones y cuenta con diversos patios, escalinatas, jardines y salas. Con amplios espacios característicos de los inmuebles del siglo XIX y principios del XX, se destaca un boulevard que conectaba la residencia con el centro de la ciudad, conocido como Paseo de la Reforma.
Este magnífico atractivo además de poseer invaluables objetos históricos, también nos permite viajar al pasado para conocer los orígenes de la constitución de México como nación y cómo vivían emperadores y presidentes. Además de una hermosa vista, el museo cuenta con tres áreas de exposición donde se albergan 65 mil piezas, entre ellas: obras de arte, muebles de la época, 12 habitaciones, artículos de uso personal, utensilios, trajes, monedas, esculturas y una biblioteca con miles de libros y manuscritos antiguos.
Foto: Flickr / Autor: lion05
